La marca del deseo

Es la historia de un amor imposible entre dos hermanos. Una historia que habla de un nuevo concepto de familia, de soledades que se encuentran. De la redención de un padre.

El día en que Reynaldo Santibáñez contrajo matrimonio con Digna, la mujer que amaba, se convirtió en el peor de su existencia. Ese día, él y su descendencia fueron condenados para siempre a la infelicidad, por culpa de una maldición: “Su sangre estará marcada por el deseo. ¡Por cada momento de dicha que traiga el deseo, habrá un intenso dolor!”… O al menos esta es la leyenda que se ha tejido alrededor de la familia Santibáñez en Pueblo Escondido, desde hace casi 30 años. Y como toda leyenda, esta también parece tener algo de verdad en ella, pues los Santibáñez no son un matrimonio feliz, a pesar de tenerlo todo: dinero, poder y un maravilloso hijo, llamado Luis Eduardo. Sin embargo, la infelicidad no será el mayor problema de esta familia, cuando una a una empiecen a llegar de improviso las cinco hijas ilegítimas de Reynaldo Santibáñez, para sacudir Pueblo Escondido hasta sus cimientos. Ellas no se conocían. Pero tenían algo común: una marca en forma de corazón donde termina la espalda, marca que heredaron de su padre Reynaldo Santibáñez, un ex marino que por la soledad en que lo había dejado su mujer, buscó pasión en otros brazos.